Caminé lentamente sumergida en una nostalgia de aquello que dejé atrás. Un dolor agradable y agudo empezó a crecer en mi estómago.
Sublime experiencia. Demasiado profunda para vivir el olvido.
Llegué a la sala de espera con el anhelo de partir. Quise huir lejos, muy lejos. Mi mente empezó a divagar sumergida en el delirio. Reviví el recuerdo con el anhelo de retroceder en el tiempo hasta llegar justo a esos momentos mágicos.
Instante por instante recordé sensaciones y a partir de las sensaciones, palabras... palabras que se comían las unas a las otras...
Comprendí que es absurdo volver sobre las pisadas del tiempo
Instante por instante lloré. (foto: sebas mealla)
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